JEAN-CLAUDE JABOULAY
French Oboist, Soloist, Chamber Musician and Oboe Professor
El J ofrece una gran facilidad al tocar. Si hay algo de lo que me siento orgulloso, junto con Philippe y todos los que hemos trabajado en el J, es que conseguimos mantener el sonido Rigoutat.
Philibert Perrine
Hautbois Co-Soliste à l'Orchestre de l'Opéra de Paris
Me encanta la variedad de posibilidades que ofrece este instrumento: la riqueza, la paleta de colores y la libertad que todo esto permite. El J es melódico y cálido, luminoso y seductor. Es un instrumento sencillo porque es preciso. Es muy cómodo de tocar, además de aportar el sonido Rigoutat. Tengo una relación personal con el J: empecé a tocarlo cuando Jacques Tys se convirtió en mi profesor y, para mí, es el instrumento con el que verdaderamente aprendí a tocar el oboe. En cuanto a la homogeneidad, es una de las características principales de los instrumentos Rigoutat, por lo que ni siquiera la mencionamos.
Jacques Tys
Oboe Soloist of the Opera National de Paris Orchestra and Professor at the CNSM of Paris
Creamos el J para evolucionar con la historia. Para mí, el J significa equilibrio, facilidad, densidad y, sobre todo, mantiene la característica Rigoutat: un timbre melodioso que facilita una mayor expresividad.
Sébastien Giot:
Oboe Soloist for the Orchestre Philharmonique de Strasbourg and Professor in the Conservatoire de Strasbourg et à l’Académie Supérieur des Arts du Rhin
El J no es nada convencional, permite alcanzar, cada día, nuevos colores y fraseos. Nunca me aburro: esta flexibilidad en el sonido es lo más interesante de la casa Rigoutat. El J significa para mí esa modularidad, con una gran potencia sonora y amplitud; pero también al tocar, en la manera de soplar en el instrumento. Es un instrumento equilibrado, homogéneo en toda la tesitura, estable, afinado. Tiene un lado melódico, de «oboe bello», es un instrumento que aporta unas sensaciones muy buenas, es melódico, luminoso, y sigue siendo bello en toda la tesitura.
Claire Bagot
Principal Oboe of the Orchestre National de Lille
El J fue una revolución: su sonido era más redondo, favorecedor, estaba «de moda». Lo que marcó la diferencia fue la homogeneidad: nunca he tenido un grave que no sonara o un agudo que sonara demasiado. Para mí, el J tiene el sonido característico de Rigoutat, y es más sencillo de usar que otros instrumentos de la casa. Tiene más paletas de colores. Nada que objetar, este instrumento solo tiene ventajas. Me siento en casa con mi oboe, es como soplar en una espuma muy cómoda, tiene una faceta muy suave y cómoda.
Mathilde Lebert
Principal Oboe at the Orchestre National de France
Mathilde Lebert: El J mantiene la melódica paleta sonora de Rigoutat, que a la vez aporta gran proyección y amplitud de sonido. Lo que más me gusta es su facilidad de emisión, y la homogeneidad que tiene en toda la tesitura. Es un instrumento muy fiable, muy fácil de tocar, y además muy flexible, ya que se puede tocar tanto en música de cámara como en una orquesta: responde a todas mis necesidades. Creo que el J me ha aportado estabilidad en la entonación. Fue un flechazo. Emite unas buenas ondas, una buena vibración.